Modificar genéticamente un embrión humano significa editar la secuencia de ADN del genoma del embrión temprano, con distintos fines, tanto terapéuticos, para la eliminación de las mutaciones responsables de las enfermedades genéticas hereditarias, como de mejora, para dotar a los individuos de características específicas.
En mayo de 2016, investigadores franceses fueron autorizados por la Agencia de Biomedicina francesa para transferir el núcleo de un embrión humano con mitocondrias enfermas a otro embrión humano enucleado de un donante con mitocondrias sanas. Esto equivale a hacer un embrión humano transgénico a partir del ADN de tres personas, lo que está prohibido por la ley francesa (artículo L2151-2 del Código de Salud Pública francesa).
La Fundación Jérôme Lejeune en Francia comenzó una batalla legal. En diciembre de 2021, el Tribunal Administrativo de Apelación de Versalles falló a favor de la Fundación Lejeune al dictaminar que: «el genoma de un embrión está compuesto por el ADN nuclear contenido en el núcleo de la célula y el ADN mitocondrial contenido en las mitocondrias», y que, en este sentido, la técnica utilizada en la investigación viola la prohibición de los transgénicos.
El caso se llevó ante el Consejo de Estado el 15 de noviembre de 2023. La vista tuvo por objeto aclarar el alcance del apartado 2 del artículo L.2151-2 CSP resultante de la Ley francesa de 7 de julio de 2011, que a su vez tiene por objeto prohibir la creación de embriones transgénicos con fines de investigación.
El 29 de noviembre de 2023 el Consejo de Estado confirmó la interpretación del Tribunal de Apelación Administrativo de Versalles del 2021 que considera que la técnica utilizada viola la prohibición de datos transgénicos, coincidiendo con la Fundación Jérôme Lejeune al considerar que: «las disposiciones del artículo L. 2151-2 del Código de Salud Pública francés no permitían legalmente autorizar dicha investigación, lo que conducía a la creación de un embrión cuyo ADN mitocondrial es exógeno». Finalmente, con esta decisión, el Tribunal Supremo Administrativo francés reafirma que los científicos no están exentos del cumplimiento de la ley.
La Fundación Jérôme Lejeune se alegra de esta decisión que hace justicia al embrión humano: «Esta es una victoria importante para la protección del embrión humano. El embrión humano no puede sufrir ningún retoque genético, por muy bien intencionado que sea. Está en juego la preservación del patrimonio genético de la humanidad. Esta victoria también demuestra que el trabajo de la Agencia de Biomedicina francesa, que se supone regula las autorizaciones de investigación con embriones humanos, es defectuoso. No es habitual que en Francia se permita a los investigadores violar la ley en el secreto de los laboratorios», explica Jean-Marie Le Méné, presidente de la Fundación Jérôme Lejeune.
Esta victoria llega en un momento en el que el marco legislativo ya ha cambiado: la última ley de bioética francesa de julio de 2021 eliminó la prohibición de los transgénicos. Esta victoria refuerza el papel de la Fundación Jérôme Lejeune como salvaguarda del respeto de la vida humana desde la concepción y defensora de la integridad del patrimonio genético humano.
En España, la ley no autoriza expresamente esta técnica de generación de embriones de tres progenitores, aunque los equipos que trabajan en la fecundación en vitro puedan solicitar la autorización al Ministerio de la Salud a través de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida y la de Garantías de donación de células y tejidos.
México fue el primer país en legalizar la creación de embriones a partir del ADN de tres personas distintas y en mayo del 2016 nació el primer bebe nacido a través de esta técnica. Posteriormente, Reino Unido siguió la misma huella. La técnica utilizada, llamada MDT en inglés (Mitochondrial Donation Treatment), es la del reemplazo de mitocondrias y se utilizó para hacer frente a la denominada enfermedad mitocondrial que ataca, aproximadamente, 1 cada 10.000 niños.
Para que se comprenda mejor esta intervención: cada célula del cuerpo humano contiene un núcleo, en el núcleo de la célula se encuentra el ADN de un individuo. Además, cada célula posee mitocondrias, que son orgánulos, órganos diminutos que realizan trabajos específicos en la célula. Hay cientos de mitocondrias en cada célula; y en el óvulo femenino, por su gran tamaño, hay cientos de miles de mitocondrias.
Cuando el óvulo de la mujer es fecundado por el espermatozoide del hombre se concibe un nuevo individuo, un embrión humano. Las mitocondrias de este nuevo ser humano proceden íntegramente del óvulo, es decir, de la madre del niño. Desgraciadamente, cuando las mitocondrias de la madre contienen ADN defectuoso, esto puede causar graves trastornos que heredan sus hijos.
La “Terapia de Reemplazo Mitocondrial” es un conjunto de técnicas de fecundación in vitro cuyo objetivo es generar niños genéticamente emparentados con mujeres con mitocondrias defectuosas, pero que no sean portadoras de las mitocondrias defectuosas. El resultado de “la terapia” es la creación de un ser humano embrionario que tiene el ADN nuclear del padre y de una madre, pero el resto del embrión, incluidas las mitocondrias, derivan de la madre donante de óvulos. Es decir, estamos hablando de ADN de tres personas, razón por la cual se denomina embrión de tres progenitores.
Los problemas bioéticos de la creación de un embrión con tres padres son varios y distintos: primero, el proceso no significa curación de la enfermedad mitocondrial, sino que implica la destrucción de dos seres humanos en etapa embrionaria para crear un tercer ser humano (el embrión creado con el ADN de los padres biológicos y el embrión creado con el ADN del padre y lo de la donante de óvulos). Como hemos declarado en otras ocasiones, no es ético destruir dos seres humanos únicos e inocentes, con dignidad y derechos inherentes, para obtener un tercero. Además, esta técnica abre las puertas a la posibilidad de modificación genética de los embriones con objetivos de mejora, poniendo las herramientas para la eugenesia y la discriminación de aquellos que padecen alguna enfermedad.
La técnica de creación de embriones con tres padres es una ocasión más de explotación de la mujer. La donante de mitocondrias es una persona dispuesta a someterse a tratamientos hormonales para poder obtener los óvulos.
Por último, hay una ruptura de la paternidad biológica del embrión en cuanto la identidad de la donante del óvulo se borra con este método de concepción y el bebé recién generado no tendrá derecho a identificar a su madre biológica. Es importante subrayar, al menos por ahora, esta reciente técnica no tiene consecuencias conocidas para la salud del niño a largo plazo.
Por todo lo expresado anteriormente consideramos que esta técnica supone un riesgo para la vida embrionaria, y en cuanto tan debería ser evitada. No todo aquello que es científicamente posible es necesariamente ético.